Son aquellas actividades no susceptibles de causar molestias, como por ejemplo los pequeños comercios. En este caso suele ser necesario únicamente la presentación de una Declaración Responsable para poder iniciar la actividad.
Estas actividades pueden suponer un impacto negativo en las condiciones ambientales, por lo que necesitan justificar el cumplimiento de la normativa ambiental vigente y determinar las medidas correctoras necesarias. En esta categoría se incluyen, por ejemplo, gran parte de las actividades de hostelería.